jueves, enero 05, 2017

Un docente un poco más humano y profesional

Lo que sé de mis estudiantes lo he aprendido en clase y en sus blogs. Creo que han hecho un trabajo excelente. Sigue siendo un curso en el que, desde un preocupante miedo a la tecnología, hay muchas declaraciones como la de Marta P.: "Gracias a esta asignatura he conseguido mejorar mucho. Hay una diferencia abismal entre principios de curso y ahora. Estoy orgullosa de mi evolución". Yo también. Luego están los proyectos, Vivir lejos, Ser mujer y trabajar, La tele y yo, La pobreza. Todos ellos han removido y han hecho que nos replanteáramos nuestra vida y nuestras relaciones como vecinos hijos, nietos y profesionales de la educación. Excelente en tantos planos. Pero hay más; me han dado la oportunidad de intentar otros recorridos de la relación pedagógica, como el contrato formativo. No estaba preparado para que mis estudiantes tuvieran una vida tan compleja que les obliga a faltar un promedio de 3 clases de 30 y a marcharse a mitad de clase para acudir a una cita. Y me hacen preguntarme continuamente por el estatuto profesional de los maestros.

Lo que declaran de sí mismos
Con un cuestionario descubro que es un grupo de futuras maestras de infantil donde la mitad ha vuelto de la vida civil a la vida universitaria con algunos años más que sus compañeras, desde el trabajo o la formación profesional de grado medio. Como si el final falso de la crisis económica anunciara que en breve se volverá a contratar maestras. O preparando un largo invierno profesional y ocupando el tiempo en formarse. O haciendo trabajos basura con la esperanza de hacer un trabajo decente algún día. Más de la mitad completan su jornada laboral con mis clases y las de otros, claro. Viven aquí cerca de la universidad, en la ciudad de Madrid o el vecino municipio de Alcobendas (o el contiguo de S. Sebastián de los Reyes).
Son, en general, usuarios habituales de dispositivos electrónicos de toda índole (tablet, portátiles, smartphones). Lo mejor es la confesión de una chica sobre la materia: es de las fáciles, de las que se aprueban en el instituto sin hacer nada. Y se encuentran conmigo… Porque han tenido formación sobre tecnología en Secundaria o Formación Profesional en su amplia mayoría (85%), algunos de varios cursos. Saben qué supone instalar un soft y qué es un nombre de usuario, un hipervínculo, una wiki, o guardar un archivo en un dispositivo, pero la mitad se paralizaría si tuviera problemas para abrir un archivo de vídeo. No saben lo que es www (sólo un 17%), la memoria RAM de un ordenador (sólo un 11%), o que los formatos de imagen son, muchos de ellos, formatos de compresión de archivos (sólo un 25%).
Están algo lejos de una aleluya que aparece en la gacetilla Facebook sobre el educador con competencia TIC
Sólo la mitad sabría caracterizar al principio de nuestra excursión la misión de la tecnología educativa, quién es Nicholas Negroponte, un plano americano o lo que es un blog.
Con lo que, perdón por la insistencia machacona, tiene sentido que estemos aquí, en las facultades de Educación, hablando de tecnología en las escuelas. Preguntándonos.

Evaluar el esfuerzo
Pregunta una estudiante al final del semestre si se valora el esfuerzo en mis clases, porque piensa que una evaluación que no lo haga no es objetiva. 
Creo que hay criterios suficientes para evaluar el blog que entregan: se han definido en una rúbrica que está en la guía docente. En cada actividad propuesta se han dado unas pautas básicas de lo que se espera. 
El esfuerzo, qué es el esfuerzo… Lo fácil: el esfuerzo está relacionado con el tiempo disponible. Creo que a más tiempo para realizar una tarea, menos esfuerzo proporcional (aaaag!!!). 
En este curso académico se ha incrementado en un 50% el tiempo para hacer las actividades sobre lo que se venía pidiendo en los últimos 7 años. Hacemos menos cosas para hacerlas mejor. Hay incluso estudiantes que al final del curso se han aburrido por falta de tarea (ya les he regañado por no ofrecerse a ayudar a los que más dificultades tenían, o mejorar sus productos). 
Hay otras formas de valorar el esfuerzo de los demás, y están en tener una actitud más humana como docente, menos rigurosa, de parámetros flexibles. A lo mejor es eso lo que me está preguntando esta estudiante. Este semestre ha habido algunos cambios sutiles en mi forma de ver la relación pedagógica en el aula. Tanto rigor y coherencia previa generaban mucha tensión innecesaria. Así que todas las dudas sobre "lo que el profesor quería" se han contestado (en cursos pasados se pretendía la búsqueda autónoma), se han realizado varias revisiones en clase para dar feedback sobre la marcha de cada blog (tutorías en clase), se han incluido días para "acabar tareas", se han introducido los gallifantes como premio para los que manifiestan un genuino deseo de aprender, se ha fomentado en lo que se ha podido la participación lúdica (no llega a gamificación, pero quería parecérsele)... Menos rigor para centrarnos en mejorar la implicación y la reflexión como futuros docentes, para aprovechar el esfuerzo personal. ¿Habrá servido para algo? 

Dudar para crecer
Me encuentro con estudiantes de segundo de carrera (les quedan otros dos largos años).
La mayoría se reclaman vocacionales del magisterio. ¡Qué miedo tanta vocación! Es una vocación inalterable, incuestionable, indudable. Tan negativa en la alteración y el cuestionamiento que causa pavor. La tecnología en las escuelas (un alien para cuestionar la escuela) trabaja con lo que puede ser posible, y los vocacionales no piensan en cuestionamientos posibles, todos los escenarios ya están escritos en sus mentes.
Los estudiantes de maestro, al preguntarles por su futuro y el sentido de la formación que reciben, se muestran preocupados por no repetir los mismos errores que dicen haber sufrido en sus carnes. Cuánta responsabilidad la que nos cae a los formadores. Algunas dudas son generales. Por ejemplo, en torno a mi capacidad para abordar (con otros 40 profesores más que formamos el elenco de mi facultad para formar a estos maestros en concreto) la experiencia de formar educadores infantiles. Nos sé descalificados por quienes dicen estar en posesión de la auténtica práctica. Quizá tengan razón (aunque cuando se convierten en formadores son igual de patéticos que los que somos postizos, investigadores, ciudadanos y padres). Yo al menos tengo, todos los semestres, dudas.
¿Por qué me parece que quienes han hecho o han querido hacer antes otra cosa en la vida que ser maestros tienen relatos más interesantes sobre las posibilidades de la educación infantil? Quizá porque la educación, que es principalmente relacional, requiere haber viajado para poder inducir el viaje, sufrido para poder aguantar el sufrimiento, amado para poder despertar el deseo. O no. 

Temas para reflexionar
El año que viene habrá otra propuesta. Un poco más humana y un poco más profesional. 
Trabajaré para organizar esta nueva forma de vivir lo universitario que es la del estudiante que entra y sale del proyecto de la clase cuando puede, a través del contrato formativo. 
Por otra parte, otro giro a lo que hago que intenta explorar un temario imaginario de tecnología y proyectos intentar hacerlo más profesionalmente explícito trabajando con dudas sobre situaciones cotidianas de los compañeros de Infantil, cómo las están resolviendo ellos, cómo podríamos mejorarlo nosotros, y qué papel puede jugar la tecnología en todo esto.
Por ejemplo:
-lo que supone hacer un proyecto donde se pregunta a personas mayores por su experiencia y qué reporta eso a los niños
-la contribución de los MRP a la escuela infantil (lo que tiene en mente la maestra) 
-las presentaciones de información realizadas por niños de 4 años... el papel de la maestra
-el papel de los proyectos en la organización de las clases. Fases: hablar de nuestras expectativas, decidirlo juntos, conocer el espacio de trabajo, generar conocimiento juntos, reflexionar sobre el proyecto realizado. El papel de la maestra EPDLM
-proyectos con nuestras familias EPDLM
-proyectos con nuestros vecinos EPDLM
-proyectos que hablen de cosas que nos importan EPDLM
-trabajar con fotos en clase EPDLM
-presentarse a los demás, hablar de los gustos de uno EPDLM
-áreas, competencias, logros... conocimiento espacial, conocimiento del propio cuerpo, memoria
-difundir valores
-salidas realizadas con los niños EPDLM
-las fiestas que se hagan en la escuela EPDLM
-las unidades didácticas que se hacen cada a día con los niños EPDLM
-comunicación con los padres ¿de qué? EPDLM
-dispositivos en casa, Internet segura EPDLM

Como en la canción de "La cabra mecánica", mas amable, más humano, menos raro. 

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